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¿Tiene mi hijo problemas de Integración Sensorial?

Cada vez más nos encontramos en nuestro entorno niños etiquetados como impulsivos, movidos, parados, con problemas de atención, dificultad para coger un lápiz…cuando lo que presentan son dificultades para integrar la información que llega a través de sus sistemas sensoriales. Toda la información que se recibe a través de los sentidos llega al cerebro y es éste quien la procesa de manera adecuada para dar una respuesta adaptativa al entorno.

La teoría de Integración Sensorial fue creada y desarrollada por la Terapeuta Ocupacional y Neurocientífica estadounidense Jean Ayres.

La Integración Sensorial es la capacidad del Sistema Nervioso Central (SNC) para procesar e integrar los estímulos que recibimos de nuestro cuerpo y del entorno y que nos permite responder de manera adecuada a las demandas que se nos presenta en el día a día. El procesamiento e integración de las sensaciones constituye una base fundamental para el desarrollo de las habilidades de la vida diaria y del desarrollo socio-emocional del niño. Cuando no hay un adecuado procesamiento e integración de estos estímulos sensoriales en el SNC es cuando se presenta problemas en el procesamiento sensorial.

Los sistemas sensoriales claves para estas funciones son el visual, el táctil, el auditivo, olfativo, gustativo y además el vestibular (movimiento) y el propioceptivo (conciencia corporal). De todos ellos la teoría de Integración Sensorial se centra principalmente en señales táctiles, vestibulares y propioceptivas, pues son los primeros en madurar. Éstos aportan información sobre el cuerpo y sus límites e influyen en las interpretaciones de la información visual y auditoria.

Sensaciones táctiles: Proporciona retroalimentación sensorial para un movimiento más preciso. Contribuye al esquema corporal.

Sensaciones vestibulares: Detecta el movimiento de la cabeza a través del espacio. Este sistema sensorial esta integrado con la propiocepción y la vista para regular el equilibrio.

Sensaciones propioceptivas: Permite conocer la posición del cuerpo. Regula la dirección y cantidad de fuerza durante una actividad de movimiento. Permite contribuir a la autorregulación. Le dice al cerebro cuándo y cómo los músculos están contrayendo o estirando, cuándo y cómo las articulaciones se doblan, se extienden. Esta información le permite al cerebro saber donde está cada parte del cuerpo y cómo se mueve.

En los siguientes blogs nos centraremos más detalladamente y de forma individual en cada uno de ellos.

Sheron de la Hoz